El pasado 21 de abril, ocurrieron marchas históricas en la mayor parte del territorio nacional, personas de todas las edades, razas y estratificación social, ejercieron su derecho a la protesta en contra del gobierno, siendo esto minimizado por el presidente .
El primer mandatario, a subestimado y banalizado el claro mensaje que se dejó en las calles, en protesta a todos los escándalos e inconsistencias que han ocurrido a lo largo de su mandato, sin dejar a un lado los cuestionables sucesos materia de investigación sobre financiación irregular de su campaña y el dinero recibido por parte de su hijo de personas cuestionables.
Estas marchas también fueron en contra de su pésimo actuar para con los grupos criminales, permitiendo su control territorial y crecimiento exponencial, su muestra de desprecio en contra de nuestra fuerza pública, su discurso de odio y división social, sobre todo, su manifestación de una peligrosísima constituyente.
No podemos quedarnos en silencio frente a los crecientes escándalos de corrupción, seguido de la muestra de improvisación llevándoles unas bicicletas con tanques a los lados a los guajiros como en los inicios del siglo pasado, donde nuestros abuelos sentían cada gota de sudor en los largos caminos del desierto, ya estamos cansados de tantos pañitos de agua tibia que no calman el dolor, solo lo intensifican.
Pero las marchas son solo el comienzo de todo aquello que debemos conformar, todos esos colombianos con sentido de pertenecía por este país y todo lo que conlleva ser parte de él. Si bien, fueron muchos los habitantes que se manifestaron, debemos organizarnos y crear una unión que nos permita aportarle al país ideas positivas, donde busquemos que toda esa población rural, provinciana y citadina, luche por los valores y el propósito general de una nación libre de grupos terroristas y políticos vinculados con estos.
Es un gran reto, pero no imposible de cumplir, luchemos por un mejor país, donde prime el respeto al imperio de la ley, la concordia y el desarrollo. Desde el fuerte de la población que construye país y valores, generemos propuestas propias. Debemos construir el camino que nos lleve a cumplir el sueño de esa Colombia segura y proactiva que todos queremos.
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